Lima, 11 de febrero. Salió del país rumbo a Paraguay para disputar su primer torneo internacional cuando apenas era una adolescente. Era 1984 y Claudia Suárez daba sus primeros pasos a nivel profesional en el squash, con el temperamento que la caracteriza. Desde entonces, nada ha cambiado en ella, porque su espíritu de competencia sigue intacto, a sus 53 años de edad.
Ser madre de un joven escolar, dedicarse a la docencia y vivir las consecuencias de la pandemia no han desviado su objetivo por seguir cosechando frutos en el plano deportivo. Aunque las nuevas restricciones por la emergencia sanitaria limitan su preparación diaria, ella se ha ingeniado para acondicionar la cochera de su casa en un campo de entrenamiento.
“Ser madre no es pretexto para dejar de lado una carrera deportiva. Quiero ser ejemplo de constancia y superación para las nuevas generaciones. Soy profesora de squash y paleta frontón hace más de 20 años y tampoco pienso retirarme del alto rendimiento. Esas dos disciplinas me han dado mucho y quiero que mi vida como atleta sea más larga”, afirma.
RECONOCIMIENTO LIMA 2019
Precisamente, ese convencimiento y ganas de superación le sirvieron a Claudia Suárez para ganar la medalla de oro en Lima 2019, consagrándose como la mejor de la paleta frontón. Fue así como su vida cambió totalmente, al punto de convertirse en un símbolo de empoderamiento e inspiración para muchas mujeres que apuntan a lograr el éxito profesional.
Ello sumado a ser campeona nacional de paleta frontón por 21 años consecutivos y alcanzar un récord de imbatibilidad por más de 25 años en squash.
“Comencé practicando tenis y también me dejé seducir por la pelota vasca y el racketball. Antes carecíamos del apoyo de las autoridades. Ahora ya no nos podemos ni quejar, porque tenemos canchas de primer nivel para entrenar y competir, gracias a Lima 2019”, agrega.
NUEVOS RETOS LA INSPIRAN
Sin duda, pocos deportistas poseen una genética privilegiada como la suya, sumada al carácter y determinación, que ahora se han convertido en materia de enseñanza para las futuras promesas.
“Pasé por muchas cosas y debí tener mucha fortaleza para alcanzar los objetivos. He logrado muchísimo a lo largo de estos años. Pero participar en Lima 2019 me abrió muchas puertas para seguir enseñando lo que tanto amo”, reconoce.
Seguir internacionalizando el squash y la paleta frontón, deporte que nació en Perú, es otro de los retos que se ha propuesto la atleta. Según dice, será “aún más feliz” cuando las disciplinas sean incluidas en la comunidad olímpica. Ella sueña en grande.