El Comité Olímpico Internacional (COI) defiende la no discriminación como uno de los pilares fundacionales del Movimiento Olímpico, lo cual se refleja en la Carta Olímpica, Principio Fundamental 6:
"El disfrute de los derechos y libertades establecidos en esta Carta Olímpica se garantizará sin discriminación de ningún tipo, como raza, color, sexo, orientación sexual, idioma, religión, opinión política u otra, origen nacional o social, propiedad, nacimiento u otro estado ".
Los Juegos Olímpicos son una demostración mundial muy poderosa contra el racismo y la inclusión. En ellos se celebra la unidad de la humanidad en toda nuestra diversidad. Los atletas de los 206 Comités Olímpicos Nacionales (CONs) y el Equipo Olímpico de Refugiados del COI disfrutan de los mismos derechos, se respetan y se aplican las mismas reglas a todos sin ningún tipo de discriminación. Todos estos atletas conviven juntos en paz en la Villa Olímpica, compartiendo sus comidas, sus pensamientos y sus emociones.
Esto está en el ADN de los Juegos Olímpicos y el COI como organización. Nuestro fundador Pierre de Coubertin dijo: “No tendremos paz hasta que los prejuicios que ahora separan a las diferentes razas sobrevivan. Para lograr este fin, ¿qué mejor medio que reunir periódicamente a los jóvenes de todos los países para pruebas amistosas de fuerza muscular y agilidad?
La Junta Ejecutiva del COI apoya la iniciativa de la Comisión de Atletas del COI para buscar diferentes formas de cómo los atletas olímpicos pueden expresar su apoyo a los principios consagrados en la Carta Olímpica, incluso en el momento de los Juegos Olímpicos, y respetando el espíritu olímpico.
Al participar en los Juegos Olímpicos, los atletas son prueba de este principio de no discriminación. Su respeto por todos sus compañeros deportistas nos da una idea de cómo la humanidad en su conjunto podría vivir junta de manera pacífica y respetuosa.