San Luis, 31 de julio. Tan solo un platillo de diferencia fue la que determinó la clasificación final. Pero esa clasificación, le dio al #Perú un motivo de orgullo. Era un 31 de julio de 1984 cuando pudo verse consagrar a un muchacho, de 19 años, que saltó a los titulares de todos los medios: Francisco Boza, Pancho, alcanzó la medalla de plata en los Juegos Olímpicos de Los Ángeles.
Compitió en su prueba favorita, fosa o 'trap', y fue superando una a una todas las etapas hasta que llegó la ronda final, donde junto al italiano Luciano Giovannetti y al estadounidense Daniel Carlisle empataron a 192 platillos. Debían acceder a una ronda adicional. A un desempate, para resolver las posiciones finales en el podio.
Las rondas seguían muy parejas hasta que el primer en fallar un plato fue el estadounidense. Y falló otros dos. Pancho erró dos tiro. Giovanetti solo uno. ¡El peruano de plata! La delegación peruana que lo acompañó estalló en aplausos, mientras que en Lima, los medios de comunicación dejaban un momento al fútbol de lado para hablar del tiro y de la segunda medalla alcanzada por ese deporte, que ahora sumaba una presea a la que alcanzó Edwin Vásquez en 1948.
El 31 de julio de 1984 quedó marcado como un hito e nla historia del deporte peruano. Cuatro años después, las chicas del vóley sumaron la tercera presea, y en 1992, otro tirador, Juan Giha, completaba el póquer de preseas olímpicas.
Pancho se convirtió en el peruano con más presencias en Juegos Olímpicos: 8 en total. Comenzó en Moscú 1980, siguió en Los Ángeles 1984, Seúl 88 (acabó cuarto), Barcelona 92, Atlanta 96, Sydney 2000, Atenas 2004 (finalizó séptimo) y su última participación en Río 2016, cita en la que fue el abanderado de la delegación.