La atleta nacional apunta a ganar medallas de oro en los Juegos Lima 2019 y JJ.OO. de Tokio 2020.
Lima, 5 de junio
Los amagues de abandonar su deporte y sus sueños quedaron en el pasado.
Ella vive momentos de tranquilidad tras lograr que cuatro empresas decidieran invertir en su futuro deportivo. Ahora se dedica por completo a perfeccionar la técnica en la marcha atlética, con el objetivo de cumplir a cabalidad el plan de trabajo a mediano y largo plazo en que los Juegos de Lima 2019 y Tokio 2020 aparecen como escalones máximos.
Encaminada
Kimberly, de 23 años, sabe que el camino es complicado, por lo que prefiere ir paso a paso. En su primera prueba del año, la Copa Panamericana de Marcha Atlética, desarrollada el mes pasado en el distrito de Miraflores, la atleta de Huancayo se ubicó en el segundo lugar en la prueba de los 20 kilómetros y registró una nueva marca nacional (1h29m15s). Se ubicó detrás de la medallista olímpica, la mexicana Guadalupe “Lupita” González, quien marcó 1h28m9s (récord de la competencia).
Este registro es un indicativo de que la exponente nacional va por un buen camino. El segundo paso será llegar en óptimas condiciones al Mundial de Atletismo de Londres, en agosto, donde tiene proyectado posicionarse entre las cinco primeras de la competencia.
“Las cosas son diferentes ahora. Antes de los Juegos de Río 2016 solo tenía apoyo de la federación y el IPD, pero no era suficiente. Me decidí dejar el deporte porque era complicado entrenar en esas condiciones. Gracias a Dios que, cuando acabó el torneo, las empresas privadas se interesaron por mí y me ayudan económicamente a cumplir los entrenamientos y en los viajes a torneos internacionales”, sostuvo.
Es cierto que los resultados permiten catapultarla como una de las cartas nacionales, Kimberly García cree que le falta para situarse en el máximo nivel al que espera llegar en el mundial. Para ello se levanta religiosamente todos los días a las 6:00 horas y se dirige al estadio Ramón Castilla de Huancayo. Una hora después, inicia sus entrenamientos hasta las 10:00 horas. Por la tarde, vuelve a los trabajos a las 14:00 horas y culmina a las 16:30 horas. En ambos turnos recorre un total de 35 kilómetros.
Así transcurren sus días, ella lleva como sello natural la perseverancia, uno de los principios que aprendió en su amado deporte hace 17 años y que está decidida a convertirla en el arma principal que necesita para lograr su más anhelado sueño: ser medallista en los Juegos Olímpicos Tokio 2020.